La salud de los viajeros es una prioridad fundamental en la industria del turismo. Sin embargo, existe un peligro invisible que puede acechar en los lugares de hospedaje: la legionelosis. Esta enfermedad bacteriana presenta dos formas clínicas distintas: la Fiebre de Pontiac, de pronóstico leve, y la Enfermedad del Legionario, una infección pulmonar grave causada por bacterias del género Legionella. A medida que el turismo crece, es crucial comprender los riesgos asociados con esta enfermedad y tomar medidas preventivas para proteger a los viajeros.
Legionella: Un Enemigo Invisible
La Legionella es una bacteria que se encuentra comúnmente en el agua. Cuando las condiciones son propicias, como aguas estancadas y temperaturas entre 25 y 50 grados Celsius, estas bacterias se multiplican y pueden ser liberadas al aire en forma de gotas microscópicas o aerosoles. Si los viajeros inhalan estas partículas contaminadas, pueden desarrollar la Enfermedad del Legionario. Los síntomas iniciales pueden ser similares a los de una gripe, como fiebre, escalofríos, dolor de cabeza y muscular, seguidos de tos y dificultad para respirar. En casos graves, la enfermedad puede requerir hospitalización y tratamiento antibiótico, y la tasa de mortalidad puede ser del 5 al 15%.
Orígenes y Brotes Iniciales
La historia de la legionelosis está vinculada a un hotel en 1976, donde un brote dejó enfermos a varios miembros de la Legión Americana. Aunque la bacteria responsable fue identificada como Legionella en 1977, la enfermedad ha seguido apareciendo en entornos turísticos desde entonces. En ocasiones, se han registrado varios casos en un mismo establecimiento en un corto período, lo que se conoce como cluster o brote. Las investigaciones han revelado que los aerosoles con Legionella pueden provenir de diversas fuentes en un alojamiento turístico, incluidas las duchas, jacuzzis, torres de refrigeración y sistemas de riego.
El Riesgo Asociado al Turismo
La legionelosis asociada al turismo (TALD) se define como casos de legionelosis en personas que han visitado o residido en un alojamiento turístico en los 2-10 días previos al inicio de los síntomas. Los hoteles, apartoteles, campings y cruceros están entre los lugares donde se ha registrado la enfermedad. Los casos de TALD pueden tener un impacto significativo en la reputación y economía de los establecimientos turísticos, ya que los operadores pueden verse obligados a desalojar a los huéspedes y enfrentar consecuencias financieras.
Medidas Preventivas Cruciales
La prevención es esencial para mitigar el riesgo de legionelosis en entornos turísticos. Las medidas clave incluyen:
- Mantener el agua caliente circulando entre 50-60 °C en todo el sistema de agua caliente.
- Mantener el agua fría a temperaturas inferiores a 20 °C en todas las salidas.
- Limpieza regular de cabezales de duchas, grifos y sistemas de agua.
- Inspecciones y limpieza frecuente de torres de refrigeración y tuberías asociadas.
- Desinfección del sistema de agua caliente con cloro libre residual de alto nivel.
- Mantener registros diarios de temperatura, pH y concentraciones de cloro.
Además, el cumplimiento de las regulaciones y la formación adecuada del personal son cruciales para prevenir la propagación de Legionella.
Conclusiones
La legionelosis es un riesgo real en el entorno turístico, pero con medidas preventivas sólidas y una mayor conciencia, los establecimientos turísticos pueden reducir significativamente el riesgo de brotes. Al adoptar prácticas de prevención rigurosas y estar atentos a las regulaciones, la industria del turismo puede brindar a los viajeros experiencias seguras y saludables en sus destinos. La protección de la salud de los huéspedes debe seguir siendo una prioridad clave en todos los aspectos del sector turístico.