Las plagas representan una grave amenaza para la seguridad alimentaria al afectar la producción, almacenamiento y transporte de alimentos. Su presencia puede contaminar y destruir cultivos, generando pérdidas económicas y riesgos para la salud humana. Es crucial implementar estrategias de control integrado y mantener condiciones higiénicas en toda la cadena de suministro para mitigar su impacto y garantizar alimentos seguros y nutritivos para todos.