En el trabajo diario de un técnico de control de plagas, es común la exposición a diversos patógenos transmitidos por roedores, insectos y otros animales. Estos patógenos pueden causar enfermedades graves si no se toman las medidas preventivas adecuadas. A continuación, se detalla información clave sobre los principales patógenos, su origen, vías de entrada, las enfermedades que provocan y las medidas preventivas necesarias.
1. Leptospirosis
- Origen: Este patógeno bacteriano se encuentra en la orina de animales infectados, especialmente roedores.
- Vía de entrada: La bacteria puede entrar en el cuerpo a través de cortes o abrasiones en la piel, o por la mucosa de los ojos, nariz o boca. También se puede adquirir al ingerir agua o alimentos contaminados.
- Medidas preventivas:
- Uso de guantes impermeables y botas de protección.
- Evitar el contacto con agua estancada o suelos húmedos que podrían estar contaminados.
- Lavar bien las manos y desinfectar el equipo después de cada intervención.
- Síntomas: Puede causar fiebre alta, dolor muscular, vómitos y, en casos graves, complicaciones renales o hepáticas.
- Tratamiento: Generalmente, la leptospirosis se trata con antibióticos como la doxiciclina o la penicilina.
2. Hantavirus
- Origen: El hantavirus lo transmiten los roedores, especialmente ratones y ratas, a través de sus heces, orina o saliva.
- Vía de entrada: El virus se propaga por inhalación de partículas contaminadas, generalmente en áreas cerradas donde hay una alta infestación de roedores.
- Medidas preventivas:
- Uso de mascarillas respiratorias y guantes al limpiar áreas infestadas de roedores.
- Evitar levantar polvo o limpiar áreas secas sin una adecuada protección.
- Síntomas: Puede causar el síndrome pulmonar por hantavirus, que puede llevar a dificultad respiratoria grave.
- Tratamiento: No existe un tratamiento antiviral específico. El tratamiento de soporte incluye hospitalización, administración de oxígeno y, en casos graves, ventilación mecánica.
3. Salmonelosis
- Origen: La Salmonella es una bacteria que se encuentra en las heces de animales, especialmente en roedores y aves.
- Vía de entrada: Se transmite por contacto con alimentos o agua contaminados con heces infectadas, o al manipular superficies contaminadas y luego tocar la boca.
- Medidas preventivas:
- Uso de guantes y lavado de manos después de cada intervención.
- Limpieza y desinfección regular de las herramientas y superficies donde haya habido contacto con roedores
- Síntomas: La infección puede provocar diarrea, fiebre y dolor abdominal.
- Tratamiento: Generalmente no se necesitan antibióticos, salvo en casos graves. La hidratación es fundamental.
4. Enfermedad de Lyme
- Origen: Es causada por la bacteria Borrelia burgdorferi, que se transmite a través de las picaduras de garrapatas infectadas.
- Vía de entrada: Las garrapatas que parasitan a roedores y otros animales pueden picar a humanos, transmitiendo la bacteria.
- Medidas preventivas:
- Uso de ropa protectora que cubra la mayor parte del cuerpo.
- Aplicación de repelentes de insectos y revisión corporal tras trabajos en zonas rurales.
- Síntomas: La enfermedad de Lyme puede causar fatiga, dolores musculares, fiebre y, en casos avanzados, afectaciones neurológicas.
- Tratamiento: La enfermedad de Lyme se trata con antibióticos como la doxiciclina o amoxicilina.
5. Tularemia
- Origen: La bacteria Francisella tularensis es transmitida por contacto con animales infectados, como conejos o roedores, o por picaduras de insectos como mosquitos y garrapatas.
- Vía de entrada: A través del contacto con piel o mucosas, al inhalar polvo contaminado o mediante picaduras de insectos.
- Medidas preventivas:
- Uso de ropa protectora y guantes en áreas donde haya contacto con animales o residuos.
- Evitar la exposición directa a roedores muertos o heridos.
- Síntomas: Provoca fiebre alta, úlceras en la piel y, en casos graves, neumonía o septicemia.
- Tratamiento: La tularemia se trata con antibióticos como la estreptomicina o gentamicina.
El trabajo de los técnicos de control de plagas los expone a diversos patógenos peligrosos, pero con el uso adecuado de los equipos de protección y medidas de higiene, el riesgo de contagio puede minimizarse. En APINSA, priorizamos la seguridad y la formación continua, para garantizar que nuestros profesionales estén protegidos y preparados para enfrentar cualquier situación.